Noticias:

Necesitamos DONACIONES para mantener vivo el foro ➜ https://n9.cl/cg3pt

Menú Principal

Relatos cortos, cuentos..... y similares

Iniciado por Carin, 07 de Mayo de 2007, 04:33:03 AM

kuitao

Cita de: juanraKuitao ¿no te da pena el viejo? lo van a matar y esta acojonado :roll:  y ¿que hace su hijo mientras ve que van a matar a su padre? :roll:


Realmente no, pide a su hijo que interceda por el aún a riesgo de que maten a su propio hijo , deje viuda y un hijo y al viejo se la suda, la providencia cuidará de ellos dice....  Hombre, habría que seguir leyendolo ...
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

No sabeis lo que se agradece que se lean.....

Os pondré otro, el segundo que escribí , que sigue la línea del primero y que son facilotes de leer .....

Se titula " De Serapio y otros Gutierrez "

El atardecer de un lluvioso día de principios de otoño no invitaba demasiado a salir así que me dispuse a hojear aquellos antiguos recortes de periódico con noticias locales que mi abuela había recortado a lo largo de los años, referencias a la inauguración de la línea de autobuses, la visita del gobernador , el día que un barco mercante encalló cerca de la costa.... Aquellas noticias me hacían pensar en épocas anteriores que yo no había vivido. De entre los papeles cayó una fotografía en tonos sepia en la que se podía ver a mi abuelo, entonces joven, rodeado de un grupo de personas. En la parte trasera de la foto se podían leer algunos nombres entre el que reconocí a Serapio. Había oído la historia de esta familia innumerables veces y cada vez que la recordaba se mezclaban en mi un cúmulo de sentimientos dispares, a ratos agrios a ratos divertidos, así que me dispuse a recordar las aventuras o mejor dicho desventuras de esa familia de siempre, "de las de toda la vida "que día a día  con su quehacer pasaban  por la vida sin hacer demasiado ruido.
La familia la componían el abuelo, Serapio, que con su afición a la bebida había conseguido destrozar su hígado, era uno de esos hombres de costumbres salvajes que por supuesto, nunca, pero nunca hacia caso a los médicos. Cuando la cirrosis ya casi había apagado su vida, aún recordaba como el medico – el matarife lo llamaba él – le comparaba su afición a la bebida con un combate de boxeo – "por K.O el vino no te ganará pero ya verás como a los puntos si que te gana"- . Serapio exclamaba en su lecho de muerte – "tenia razón el desgraciao, el vino me gana a los puntos.... ¡pero cuantos asaltos le he ganado yo ni el mismísimo Urtain ha ganado tantos combates!"-
En el mismo caserío que Serapio vivían su hijo José Luis, la mujer de este de nombre Maria Luisa, el hijo de ambos, que aunque su nombre era José Mari era conocido en el pueblo como Itxito y recientemente se habían incorporado Maria Begoña, nuera de Serapio que había enviudado recientemente y su hijo Luis, conocido popularmente como "zapagorri" en alusión a el tono rojizo de sus cabellos.
Maria Begoña había perdido recientemente a su marido, empleado en unos altos hornos, cuando victima de la misma afición a la bebida que su padre y completamente borracho, recibió el impacto de una viga en la cabeza mientras dormitaba apoyado en una vagoneta de transporte de colada.
Serapio, que también era viudo, poseia  un hermoso caserío heredado de la familia de su difunta mujer situado en las cercanías del puerto y así, mientras las mujeres se encargaban del huerto y de los animales, el disponía de una pequeña barca de remos con la que salir a la mar en busca de algunos recursos que mejorasen las estrecheces económicas de la familia.
El verano era la época donde más dinero sacaban. Aprovechaban la llegada de familias pudientes de la capital y de otras provincias como era el caso de Don Antonio, boticario en Madrid donde regentaba una afamada farmacia y al que el marisco de la zona le parecía extraordinario con lo que las comidas a base de marisco con la familia y con los amigos era más que frecuente. Se rumoreaba que con estas comidas a sus también económicamente beneficiados amigos tenia como objetivo provocarles ataques de gota que tardaban casi un año en curar y que reportaban interesantes beneficios económicos a Don Antonio que les proveía de medicinas.

Durante el verano, Serapio se encargaba de pescar quisquilla, nécoras, centollos y cualquier tipo de producto que le ofreciese la mar y que le reportase algún ingreso que llegaron a ser considerables. Cuando acababa el verano y los visitantes del verano se marchaba a sus correspondientes lugares de residencia, llegaba la época de recoger algas entre toda la familia, lo que llaman "itxasbedar" y que la mar arrancaba sin piedad de los fondos marino y arrastraba a las orillas donde muchas de las familias del pueblo se dedicaban a recoger, guardar, limpiar y secar y que luego se vendían a las empresas farmacéuticas para según Don Antonio hacer remedios para el reuma,  lo que permitía a la familia pasar el año con cierta holgura económica.

Ese mes de Marzo fue especialmente frío y Serapio no tenia ganas de ir a la bodeguilla de Carmen, el "santuario" donde todos los hombres del pueblo pasaban a beber en diferente medida. Allí se cerraban multitud de negocios y sobre todo, allí se les surtía de la deseada  botella de "cuartillo" de vino que la mayoría llevaba a sus quehaceres diarios y que Serapio cumplía a rajatabla........ dos o tres veces al día al que había que sumar el vino que bebía en la comida, merienda y cena ya que a media mañana, mientras estaba faenando en la mar daba cumplida cuenta de una de las frascas de vino que delicadamente llevaba amarrado en uno de los costados de la embarcación y sumergido en el agua a fin de mantenerlo a temperatura fresca.
Esa semana Serapio se quedo en casa, el malestar que le producía su cirrosis ya no le permitía ni moverse pero aún así se vanagloriaba de la cantidad de vino que había sido capaz de beber a lo largo de su vida, así, rodeado de sus nietos que eran tan bestias como él, hacia recuento de los litros de vino que había bebido. –" Saca el lapicero zapagorri, que tu sabes hacer cuentas bien" – espetó.  Zapagorri lo hizo con presteza y aprovechando los bordes de un viejo periódico para escribir comenzó a calcular lo que su abuelo le indicaba

La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte II

"- Ahora tengo 66 años y comencé a beber a los 15.... bueno a los 12 pero unos txikitos al día sin que mis padres se enterasen así que comienza a los 15 años" – le decía Serapio con tono socarrón – "desde entonces bebo 3 frascos de a cuartillo todos los días que no son fiesta...- Zapagorri le interrumpía cuando comenzaba las operaciones indicando las cantidades- "Aitite, eso hacen 51 años bebiendo 2 litros y cuarto diarios, lo que son 18615 días  y 41883 litros "-. La verdad es que los nietos no mostraban demasiada sorpresa ya que ellos mismos hacían palidecer al mismísimo Serapio. Durante unos momentos , Serapio se revolvía de dolor y su hija Maria Begoña,  le ofrecía la medicina diligentemente que este se negaba a tomar así que sin decir nada, Maria Begoña se la mezclaba en la comida consiguiendo de esta manera atenuar los dolores y posiblemente alargar la vida de Serapio que en estas condiciones no podía probar una sola gota de su preciado y querido vino, para colmo de desgracias, sus dos nietos, que a diferencia de sus madres, no destacaban por su lucidez mental tenían como único tema de conversación el vino y ese día llegaron completamente excitados y le dijeron a su maltrecho abuelo – "Aitite,¡¡¡ no te vas a creer, Carmen la  de la bodeguilla tiene un vino que no es tinto ni blanco !!! , es de color rosado, clarete creo que le llaman y está riquísimo..."  – Antes de que Serapio abriese la boca un sonido silbante sonó seguido de un golpe hueco y un quejido, Maria Luisa en un rápido gesto consiguió alcanzar a ambos primos en la espalda de un certero golpe y a base de escobazos consiguió sacarlos de la habitación –" ¡¡ insustanciales, borrachos, largo de aquí , queréis que se muera del disgusto o que, no sabeis que su mayor ilusión es beber pero que si lo hace se muere !!" – Aunque ya era tarde, Serapio no se lo podía quitar de la cabeza. Hace un par de años Don Antonio se lo había dicho ya, había un vino de tono rosado que se bebe frío y es muy suave pero Serapio se lo tomo a broma y ¡¡¡ era cierto!!! .

Lo que realmente no sabían era el gran instinto comercial que hacían de Carmen la de la bodeguilla y que, sabedora de que existía dicho tipo de vino pero excesivamente caro por aquel entonces consiguió el mismo efecto mezclando hábilmente y en una relación perfectamente estudiada vino blanco con vino tinto, con lo que se evitaba tener un barril para el vino rosado con el consiguiente ahorro de espacio y costes , lo que ciertamente resultaba en un vino rosado que vendía un poco más caro y que resulto un verdadero éxito en toda la comarca , llegando incluso a reclamárselo prestigiosas hosterías de la provincia.

Así, mientras Serapio sufría su enfermedad en su lecho con frecuentes visitas del médico de cabecera  el verano se acercaba y el hecho de no poder salir a faenar en su pequeña chalupa de remos le preocupaba sobremanera. Fugazmente se le paso por la cabeza la posibilidad de que sus 2 nietos se hiciesen cargo de la pesca, de hecho le acompañaban ocasionalmente en la jornadas de pesca aunque más por la oportunidad de escanciar unos buenos sorbos del abundante vino que el abuelo llevaba todos y cada uno de los días cuando salía a faenar y que acompañaba con unos buenos trozos de queso o chorizo o bien anchoas en salazón que les permitiese justificar una abundante ración de vino.
A decir verdad los primos no eran demasiado listos - quizá no lo suficiente para faenar – ni excesivamente afanados en el trabajo – haciendo honor a la verdad eran realmente vagos - .además de sus frecuentes borracheras que en cierto modo le hacían sentirse orgulloso de continuar con la estirpe familiar de lo que el llamaba "grandes bebedores" y que en el pueblo derivaba en "descomunales borrachos".
Como no cabía más opción, Serapio estableció unas normas básicas para salir a faenar y les ayudaría con las artes a elegir y por ende las especies a pescar según la época.

La embarcación era lo más común para la época y los justos recursos de la mayoría de los habitantes del pueblo, una chalupa de unos 4 metros movida por remos y que, ocasionalmente se armaba de una pequeña vela latina que permitía ahorrar un buen esfuerzo.
Aquél día de finales de primavera la mar estaba gruesa y la labor consistía en cerrar las grietas que la chalupa tenia debido a los 5 meses fuera del agua en la época invernal. había que calafatear los bajos con brea, una pintura densa que se aplicaba en el fondo interior sobre las grietas previamente taponadas con estopa con un olor a petróleo característico. Tras esto se sumergía la chalupa durante un par de días para que las maderas se dilatasen y se ajustasen con lo cual la embarcación quedaba perfectamente estanca y dispuesta para recibir una mano de pintura si el propietario se lo podía permitir.
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte III


Mientras aplicaban la pintura no podían dejar de observar con cierta envidia la embarcación de Víctor, quizá el pescador más respetado y conocido de la zona. Víctor tenía un pequeño pesquero con un motor de ciclo diesel que en aquella época era más bien escaso. Los dos primos observaban el ritual del arranque de aquel motor que no era apto para cualquiera, había que ser ciertamente hábil y fuerte para, por mediación de una manivela, hacer girar un inmenso volante de inercia a suficiente velocidad como para una ,vez accionado el descompresor y ajustado el acelerador , vencer la resistencia de los cilindros y comenzar a oír el sonido sordo del tubo de escape con un "pom-pom-pom" típico seguido por una densa humareda negra que se iba diluyendo a medida que el motor alcanzaba temperatura. Ambos soñaban con la posibilidad de acercarse a las zonas de pesca a pelear con la mar y arrancarle unas perras con uno de aquellos pesqueros que llamaban motoras.

Cuando ya tenían la chalupa lista tocaba el turno de las artes. había que retocar las redes y coser los agujeros aunque esta labor la realizaban habitualmente las mujeres de la casa con gran habilidad. Las nasas también necesitaban ser recosidas así como aquellas ristras de decenas  de anzuelos denominados palangres. Además en la embarcación se llevaba un cubo de zinc para guardar las capturas y algún viejo saco de arpillera para cubrir esas capturas y mantenerlas fresca y en perfecto estado para su posterior venta.

El primer día de faena llegó, consistiría en colocar el palangre en una zona próxima a la costa, cada anzuelo tendría prendido un pequeño cangrejo a modo de cebo que previamente hubieron de capturar con la intención de atraer especies como sargos o lubinas que tan buena venta y aceptación tenían. Además llevarían una pequeña cesta con unos trozos de queso, unas nueces con trozos de membrillo y un par de manzanas y todo ello regado con una garrafilla de vino que hizo torcer el gesto de ambos en desaprobación. Maria Begoña y Maria Luisa, conocedoras de los hábitos de sus hijos pusieron sus brazos sobre la cintura y fruncieron el ceño, empujaron la chalupa y cada una lanzó un tímido aviso -"cuidado con la mar"- gritó Maria Begoña "- que no se os haga de noche...-" Espetó Maria Luisa mientras José Luis se afanaba en trocear unas calabazas para alimentar a los dos cerdos que criaban a lo largo del año y que en San Martín les procuraba un gran día de matanza considerada  una fiesta así como una gran variedad de carnes que conservadas de diferentes maneras les permitía disfrutar de una variedad de platos provenientes de derivados del cerdo tales como costilla en adobo, tocino, chorizos....que en las expertas manos de ambas cuñadas resultaban en unos suculentos cocidos y guisados.

El día fue propicio y las capturas abundantes a pesar del poco esfuerzo que emplearon ambos primos, para ellos pasar toda una mañana con una pequeña garrafilla de vino suponía un castigo que estaban dispuestos a solucionar tan pronto como les fuese posible.
Esa primavera la climatología fue benévola y las capturas mejoraban tan deprisa como empeoraba la salud de Serapio y eso suponía que las monedas se manejaban con cierta fluidez , así que Maria Begoña y Maria Luisa permitían que sus hijos les sisasen unas monedas aún a sabiendas de que dicho dinero no iría más allá de la bodeguilla de Carmen ..... pero ellas sabían que ya no eran unos niños y que por el mero hecho de desempeñar un trabajo se merecían las monedas que, en definitiva, ellas les permitían que les sisaran.

Así, la imagen de ambos primos haciéndose a la mar empezó a ser una de las estampas clásicas de la ribera. Vestían- como la mayoría de los pescadores  - pantalones y camisa azules, tejidos en casa de tela de mahón y remendados por todos los lados y con unos parches de refuerzo en las rodillas además de una txapela descolorida  por el sol y el salitre y que protegía del frío en invierno y del duro sol del verano, también habitualmente disponían de una gruesa chaqueta de lana tejida asimismo por las etxekoandres en casa.
Hacia el verano se las apañaban para disponer de una garrafa de vino cada uno escondiéndolas la tarde anterior bajo unos arbustos alejados unos cientos de metros del caserío, así cada uno disfrutaba de una considerable cantidad de vino que en muchos casos derivaba en una borrachera que , cada vez con más frecuencia , derivaba en discusiones y peleas. Así, cierto día en que los primos tal y como hacían a diario colgaban las garrafas cada uno en un costado de la embarcación a fin de que estas permaneciesen frescas a lo largo de la mañana, ocurrió algo que aunque aparentemente no tendría trascendencia especial, en el caso de zapagorri y de Itxito estuvo a punto de terminar en desgracia. De esta manera y mientras se enfilaban a la zona de pesca remando con suavidad – más bien por perezosos que por cualquier otro motivo –  a la garrafa sumergida de zapagorri se le deslizo la cuerda que le unía a la chalupa sumergiéndose rápidamente sin que ninguno de ellos se percatase. Al llegar a la zona de pesca decidieron refrescar el gaznate para empezar la jornada como habitualmente hacían y al ir a recoger las garrafas se oyó un grito estremecedor - ¡¡ que sucede ¡! Exclamó zapagorri con nerviosismo -  Itxito se giro violentamente y con los ojos desorbitados le contesto –" ¡¡ el viiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinoooooooooooooooooooo, se me ha caído!!" -  . Ambos se miraron fijamente durante unos segundos sin que se oyese un solo ruido, sabían que aquella situación no se resolvería de cualquier manera y de que cualquier palabra podía costar cara, había que pensar con detenimiento lo que decir.
Zapagorri decidió ceder no sin antes morderse la lengua  diciendo –" a la hora del almuerzo yo compartiré el vino, ahora vamos a faenar "- . Ambos sabían que aquello no era tan fácil y durante toda la mañana no se dirigieron la palabra ni dieron un solo sorbo como lo hacían habitualmente. Finalmente llego la hora del almuerzo y delicadamente sacaron unos trozos de queso y chorizo y con una parsimonia casi ceremoniosa zapagorri alzó la garrafa de vino y fue cuando estableció la inevitable condición que durante toda la mañana había estado cavilando – " te voy a dejar que bebas hasta que yo cuente tres, entendido ¿ , será uno ....... Dooooooos........... y treeeeeeeeeees "- Itxito asintió, sabia que en esos breves segundos podía dar un gran sorbo que le dejaría saciado para un buen rato lo que , por otro lado, comenzó a inquietar a zapagorri que veía peligrar su fresco y delicioso vino. Seguidamente Itxito acerco la garrafa a sus labios disfrutando el vino antes incluso de dar el primer sorbo mientras zapagorri se sentía inquieto y preocupado . Una vez el vino rozó los labios de Itxito se oyó una especie de siseo entre el cual se podía oír algo así como "- unodostres - " y zapagorri se abalanzó sobre su garrafa chillando – "¡¡ ya está, ya he contado hasta tres !!". Se desencadeno una pelea que por poco  hace zozobrar la chalupa  y lo peor estaba aún por llegar, en el fragor de la lucha la garrafa se deslizo de las manos de Itxito hundiéndose rápidamente. Los gritos de desesperación llegaron a tornarse en lágrimas y ambos se quedaron mirando fijamente a la zona donde se había hundido la garrafa durante unos interminables minutos.......
Aquel día las capturas fueron escasas ante la extrañeza de la familia y los primos , que normalmente eran inseparables, no cruzaron una sola palabra y se fueron cada uno por su lado.
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte IV y última

El amanecer siguiente apuntaba un día claro , les tocaba salir a cierta distancia de la costa a faenar en busca de jibiones que les habían encargado. A ninguno le gustaba el esfuerzo físico y el hecho de pensar que tendrían que remar durante un buen rato les hacia sentirse cansados, así , como hacían a diario, embarcaron las artes de pesca en una pequeña cestita donde también llevaban el almuerzo y una garrafilla nueva de vino cada uno atada al costado de la embarcación pero esta vez llevaban un doble cordel que aseguraba de esta manera que la garrafilla no se escurriese como el día anterior.
Apenas dejaron atrás la bocana del puerto comenzaron a remar con ímpetu y sin cruzar una sola palabra, solamente alguna mirada de reojo . Cuando ya llevaban un buen rato remando y sudando las miradas de reojo comenzaron a ser mas frecuentes – " no seré yo el que deje de remar el primero " – pensó para si zapagorri al que el sudor le corría por la frente - " Si este se cree que yo voy a parar va listo , ya parará el antes " – se decía Itxito para si con una mezcla de rabia y cansancio disimulado.
Al cabo de un par de horas y cuando los jadeos resonaban a lo lejos , ambos empapados de sudor  y en medio de un mar calmo, se percataron de que habían perdido la línea de la costa, se habían alejado tanto que no tenían ninguna referencia de la costa lo que les hizo dejar de remar al unísono. – " este parece un buen sitio " - dijo Itxito en tono agrio y sobre todo intentando evitar seguir remando . Zapagorri lanzó la pequeña ancla que mantenía la chalupa inmóvil, la cuerda que enlazaba el ancla con el bote comenzó a correr aunque pronto vieron que no había suficiente cuerda para llegar al fondo así que decidieron pescar a la deriva. Aprovechando la escasez de viento y corrientes.
Cada uno en un extremo de la chalupa comenzaron a pescar jibiones no sin antes haber dado cuenta de media garrafa de vino cada uno. Apenas prepararon el primer aparejo de pesca cuando se dio la primera picada, un jibión de cerca de medio kilo venia prendido de la jibionera - una corona de agujas que rodeaba un plomo cubierto por un pedazo de tela blanco que atraía a los jibiones y que al ir a atraparlo quedaban prendidos- . Las capturas se daban cada vez con más frecuencia terminando en un frenesí de capturas que mantenían ocupado a los primos sin percatarse de un pequeño mercante que se dirigía por su ruta de transito hasta el puerto próximo. El capitán del mercante, al percatarse de los dos marineros embarcados en una pequeña chalupa lejos de la línea de la costa, los tomo por náufragos , o en el mejor de los casos pensó que estarían en problemas a la deriva así que decidió salir de su ruta y acercarse a la chalupa. Al cabo de unos minutos zapagorri se percato del ronroneo del mercante acercándose hacia ellos y pensando que el ruido podría ahuyentar sus capturas se puso en pie y comenzó a mover los brazos intentando alejar el barco , Itxito , al darse cuenta , comenzó también a increpar al mercante. El capitán oteo con sus prismáticos y , al ver los gestos de los primos pensó que le estaban reclamando ayuda por estar en apuros por lo que indicó al maquinista que se acercase más rápido .Esto hizo que los primos estallasen en cólera y comenzasen a lanzar improperios contra el mercante . Cuando el capitán llego al costado de la chalupa con toda precaución no podía dar crédito sus oídos  - "¡¡ Insustancial, marcha de aquí que nos asustas la pesca ..... será posible...".!! – le gritaban al unísono. Sin pensárselo dos veces y no sin cierta perplejidad decidió alejarse para dejar aquel par de locos en una chalupita alejada de la costa continuar con su labor.....
Aquel día fue triunfal y consiguió borrar el enfado del día anterior , sabían que las capturas les reportarían una bonita cantidad de dinero para festejarlo en la bodeguilla ..... claro que primero tendrían que volver a casa. El viaje de vuelta fue largo y cansado, llegando a puerto al anochecer gracias a una pequeña brújula que llevaban siempre a bordo y que nunca habían tenido la posibilidad de utilizar.
Aquel día de agosto el día amaneció caluroso aunque se notaba el aire fresco que anunciaba cambio de tiempo, Serapio apenas si podía balbucear y todos sabían que era cuestión de días o incluso horas de que llegase el fatal desenlace aunque en el fondo supondría un alivio .
Zapagorri e Itxito prepararon los aparejos para salir a faenar a pesar de que querían estar cerca de su abuelo . Partieron poco después del amanecer y enfilaron su chalupa hacia la zona de pesca, a medida que se acercaban notaron que el tiempo refrescaba y que la bruma se agolpaba en el horizonte. Llevaban poco más de una hora faenando cuando ocurrió algo realmente inesperado, un gran banco de anchoas perseguido por bonitos se había acercado a la costa lo cual no resultaba habitual. Las anchoas se acercaron al pequeño bote los Gutiérrez en busca de protección y como una gran mancha negra y plateada rodearon la chalupa lo cual supuso una grata sorpresa para los primos que se apresuraron en coger una sacadera de red que utilizaban para subir el pescado a bordo de la chalupa . Cada vez que lanzaban la sacadera esta aparecía repleta de brillantes anchoas que eran depositadas en el cubo de zinc y que rebosó al cabo de breves minutos. Se turnaron para capturar la anchoa y sin calibrar la cantidad, jadeaban y sudaban para poder capturar la mayor cantidad posible de aquella anchoa que, buscando protección , no había conseguido más que caer en manos de los primos Gutiérrez a los cuales la codicia y el frenesí de las capturas les evitaba calibrar que el bote estaba prácticamente repleto de anchoa, tanto que cubría todo el fondo y ya incluso llegaba a los muslos de zapagorri e Itxito. –" creo que ya es suficiente "– chillo con alegría zapagorri . – "¡¡ aquí hay muchas libras de pescado , un dineral   !! " – indicó Itxito con alborozo . De lo que no se percataron es de que tal volumen de pescado hacia inestable la chalupa, el efecto era como si estuviese llena de agua, semi sumergida y tambaleante. Comenzaron a remar hacia la costa con dificultad a medida que el viento comenzaba a soplar con más intensidad y las primeras olas golpeaban el casco de la chalupa. A pesar del esfuerzo el bote avanzaba a duras penas semisumergido por el peso de las anchoas y por el golpeteo de las olas , además el viento comenzó a soplar de lado lo que inquieto a los primos que empezaron a percatarse del peligro de zozobra que suponía llevar todo aquel pescado en aquellas condiciones .... Pero no podrían perder la oportunidad, además del dinero suponía que iban a ser respetados como pescadores...... una brusca ráfaga de viento seguida de un grito .

Aquel Jueves de agosto repicaban las campanas del pueblo, el medico acompañaba a la familia Gutiérrez que daba su último adiós a Serapio que esa misma noche había fallecido. Aunque en el funeral solo estaba presente el cuerpo de Serapio se despedía también a los dos muchachos cuyos cuerpos no fueron hallados tras la zozobra de la embarcación. La galerna dificulto las labores de búsqueda y posiblemente alejó los cuerpos haciendo prácticamente imposible encontrarlos. En la puerta de la iglesia se encintraban todos los asiduos de la bodeguilla, incluida Carmen , la propietaria que había perdido a tres de sus mejores clientes de un plumazo, herederos de aquel carabinero de un pueblecito de Castilla  al que habían destinado a este remoto pueblo tras servir en la guerra de filipinas y cuyo legado no fue sino una excesiva afición a la bebida y un apellido que a duras penas encajaba en este pueblo donde los apellidos eran de origen ancestral y por ende , en Euskera.
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

leon

Javi, te voy a dar mi direccion para que me cuentes estos cuentos a la noche, esto es mejor que cualquier salsa rosa, txapo ;)
HABERLAS HAILAS PERO ANDE ANDARAN?

kuitao

Se agradece Leon pero si te lo cuento yo por las noches van a pensar mal .... :D  :D  :D

En cualquier caso y como acaparador del hilo os pongo el ultimo relato que he escrito este mismo año, posiblemente alguno de vosotros identificará alguno de los personajes en cada pueblo.

Se titula " entre vasos y tintos" y son 2 mini relatos en uno.

El tren llegaba puntual a las 17:00 hrs y un reguero de personas se afanaba por enfilar lo antes posible la plataforma de acceso al autocar de línea , principalmente con destino al hospital que recibía en los días festivos el mayor transito de visitantes. Entre la multitud y con un ritmo más pausado se podía distinguir un grupo de diez personas con un tono de voz más alto y socarrón que el resto. El viaje apenas si había durado 40 minutos desde su origen, Erandio . No era  para ellos un destino frecuente esta última estación del tren interurbano y menos un sábado a la tarde cuando se reunían religiosamente en la taberna de Antonio " El Zamorano " que evidenciaba la procedencia de su propietario . Su ocupación habitual la tarde de los sábados era poco menos que un ritual sagrado, alternar de bar en bar bebiendo pequeños vasos de vino ,tinto generalmente, que denominaban txikitos, acto tan popular que incluso había derivado en el verbo txikitear que definía el hecho de alternar de bar en bar con la cuadrilla de amigos bebiendo aquellos sorbos de vino  ,tinto generalmente. Además a los integrantes de dichas cuadrillas se les llamaba txikiteros
Aquel ritual se había convertido en diario para aquel grupo de amigos que visitaban secuencialmente todos y cada uno de los bares ,tabernas y bodeguillas del pueblo lo cual resultaba en no menos de 20 pequeños vasos de vino , tinto generalmente, día tras día .
A resultas de ello habían conseguido una resistencia notable ante la ebriedad evidente y , paralelamente, un elocuente tono morado en las pequeñas venas que rodeaban la nariz  que delataban su desmesurada afición al vino, tinto generalmente. Por ello y en una de las frecuentes tertulias abundantemente regadas y en las que generalmente el tono de la conversación se incrementaba paralelamente al número de botellas de cuartillo vacías que el bodeguero iba encajando en unas cestas de varilla preparadas para tal efecto , surgió el inevitable debate en el que se afirmaba rotundamente y sin discusión que los txikiteros locales eran los que más aguante tenían de todos los alrededores , ampliándose a todo Bizkaia al final de la tarde cuando ya los bolsillos y el equilibrio andaban escasos .
Sin embargo, aquella tarde  una voz discordante tensó el ambiente y dio lugar a un extraño   desafío que al cabo de unos días desembocó en una apuesta, se trataba de dilucidar que grupo de txikiteros era capaz de aguantar más rato sin síntomas evidentes de ebriedad , se sabía quién iba a ser el grupo rival y finalmente se decidió que la contienda se llevaría a cabo en Plentzia, de donde procedía el otro grupo de txikiteros , y el día elegido sería un sábado por la tarde .
Aquella semana resulto frenética para la cuadrilla de amigos de Erandio que veían el desafío como una oportunidad de defender el honor local , con lo cual y con la intensidad con la que un deportista de élite se toma su entrenamiento , se juntaban disciplinadamente todas las tardes a las 19:00 en la taberna de Antonio " El zamorano " para preparar el desafío .
Contaban y recontaban el número de txikitos  que cada uno de los integrantes bebía hasta el final, nada podía quedar en el vaso , era una cuestión de orgullo. Cada botella de "cuartillo" tenía una capacidad de 750 cl y cada ronda que hacía el grupo vaciaba exactamente una botella . Cada cuatro rondas había que caminar seis pasos seguidos por el bordillo de la acera para confirmar que aún se podía seguir adelante, eran las normas.

Aquella soleada tarde de primavera se antojaba ideal para el desafío, a la salida del tren esperaban los txikiteros locales a los que delataban también unas narices generosas con las características venitas amoratadas rodeando el apéndice nasal . El saludo fue breve y poco cortés, los dos grupos se dirigieron a la zona del casco viejo de la pequeña villa costera donde se ubicaban gran parte de las bodeguillas, tascas y bares de la localidad . Había prisa por empezar el desafío .

La cuadrilla de Erandio estaba compuesta por un grupo de lo más variopinto, con edades comprendidas entre la treintena y la sesentena pero que compartían normalmente la actividad laboral. Una parte trabajaba en los Altos Hornos de Barakaldo, cruzaban todas los días las turbias aguas de la ría de Bilbao en medio de un constante ir y venir de grandes barcos que se acercaban al canal a descargar sus mercancías , eran hombres curtidos que pasaban gran parte de su tiempo entre cubas de material incandescente en ambientes de trabajo realmente duros y en jornadas laborales que muchas veces no les permitía ver otra luz que la que irradiaba citado material . Frecuentemente era el alcohol el único medio de soportar la dureza del trabajo .
Los accidentes laborales eran frecuentes en estas circunstancias, de hecho José , más conocido en el pueblo como "Landa" , abreviatura de "l´andaluz" en relación a su tierra natal mostraba -no sin cierto orgullo -  las quemaduras que le produjo una pequeña salpicadura que le alcanzó en el muslo siendo un muchacho . Este elevado número de accidentes había provocado recientemente que la cantina de la fábrica dejase de servir alcohol ,provocando un evidente rechazo  por parte de los trabajadores , pero mostrándose ciertamente eficaz para reducir sustancialmente el número de accidentes.
El resto de los integrantes de la cuadrilla realizaban tareas no menos arduas en los astilleros locales , inmersos en los grandes  moles de acero que conformaban los cascos de los buques, soldando las grandes planchas que componían la estructura en interminables jornadas iluminadas por alguna pequeña bombilla incandescente y la luz que emitían los equipos de soldadura de los cuales se protegían con mascaras especificas , trabajando un incontable número de horas arrodillados o en posturas que forzaban músculos y articulaciones que redundaban en múltiples bajas por incapacidad laboral, como era el caso de Joaquín  " balancín " , cuya evidente cojera y andar tambaleante mostraban el desgaste de los huesos de la rodilla debido a la multitud de horas de trabajo que pasaba deslizándose arrodillado en las sentinas de los buques que reparaba en la dársena de "La Benedicta".

Se adentraron en la primera de las tabernas del casco viejo donde se arremolinaba un buen grupo de personas conocedores del desafío y que estaban dispuestos a seguir al grupo hasta el desenlace .-" Una ronda de 20 txikitos " - gritó con tono desafiante Patxo " el de Guzurmendi " como era conocido en el pueblo y mientras la bodeguera se afanaba en preparar las botellas y los vasos , los integrantes la cuadrilla de Erandio no dejaban de observar con recelo al grupo de autóctonos que les había desafiado.
A diferencia de ellos,  era este un grupo homogéneo, con edades más próximas a la cincuentena y todos hombres de mar, pescadores, hombres duros y curtidos que pasaban gran parte de su vida sufriendo y disculpándose ante el mar, rogando que les permitiese volver a casa en primera instancia y con unas buenas capturas después, ese era el orden.
El húmedo frió invernal y el sofocante calor estival no eran sino ingredientes de su forma de vida y muchas veces salían a faenar en condiciones de mar especialmente peligrosas, generalmente para recoger las artes que de otra manera se perderían irremisiblemente arrastradas por las corrientes o empujadas por el oleaje a la costa , lo que supondría una perdida de inciertas consecuencias.
Eran especialmente escrupulosos con las condiciones climatológicas a sabiendas que les iba la vida en ello en numerosas ocasiones y pasaban gran parte del día escrutando el cielo , sintiendo los frescos  vientos invernales del noroeste que implicaba un frente frío y lluvioso o sintiendo la ligera humedad en los días extremadamente calurosos del verano que denotaban la posibilidad de una temida galerna como la que se llevó a Jesús " Torrekua" , el padre de Txutxi, uno de los integrantes de la cuadrilla Plentziana .
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte II

Entre las dos cuadrillas existía un claro nexo de unión, ambas recurrían al vino, tinto generalmente , para evadirse de las penurias diarias y como en el caso de la cuadrilla  de Erandio, también el alcohol era entre los pescadores una fuente de accidentes laborales hasta el punto de que no muchos años atrás , Patxín Arriaga salió a faenar en estado ebrio a pesar de las recomendaciones contrarias por parte de sus amigos y familia. Su barco fue arrastrado por una ola encima de las rocas en " Lupine punte " donde tantas y tantas veces había faenado   falleciendo ahogado.

Mientras ambas cuadrillas terminaban de establecer las normas del enfrentamiento, Karmelo, el más joven de los integrantes de la cuadrilla de Erandio , se percató de que los vasos que estaba preparando la bodeguera no eran los pequeños vasos con la base maciza a la que estaban acostumbrados, más bien eran así como el doble de altos .

Había 12 locales en Plentzia en la ruta de los txikiteros y el grupo local propuso tomar al menos un txikito en cada local , terminando la ruta en el bar de la estación , en el "menos veinte", donde se haría la prueba definitiva . Los perdedores pagarían la crianza de un cerdo hasta San Martín en el caserío de Juana "la de Mendibile" que pasaría a manos de los ganadores .
La cuadrilla de Erandio no pudo evitar una carcajada socarrona al oír que deberían de tomar 12 txikitos, aquello era pan comido para ellos que habían comprobado con  gran secretismo que podían alcanzar la veintena .

Karmelo giró la cabeza mientras observaba con incredulidad como la bodeguera llenaba aquellos vasos hasta el mismo borde, reclamó la atención de sus compañeros con discreción mientras veía que las botellas de " cuartillo " a duras penas si tenían suficiente capacidad para llenar cuatro de aquellos vasos que se le hacían más grandes a medida que los rellenaban . La risa socarrona se heló en un segundo mientras veían como la cuadrilla local se iba pasando los vasos de uno a otro sin ningún gesto dubitativo. Paco " El remachador " se acerco rápidamente a la barra, observó la estantería donde se almacenaban los vasos y pudo observar que todos eran iguales, se giró hacia el resto de la gente que se arremolinaba en los alrededores haciendo apuestas entre ellos y pudo ver que los vasos eran del mismo tamaño . - "Quizá sea costumbre en esta bodeguilla - " murmuraron entre ellos no sin cierto gesto de incredulidad  ......
Pero nada más lejos de la realidad tras beberse aquellos inmensos txikitos y sin apenas tiempo de respirar la multitud que les acompañaba les dirigió al siguiente local, la "taberna de Pauli "  , donde Paco " el remachador " se afanó en pedir los 20 txikitos correspondientes no sin añadir amablemente "¡¡.... pero txikitos en vaso de txikito , por favor !! " .
Pauli asintió con la cabeza " txikitos en vaso de txikito.... ¡¡como no ponga en tazas de café !! murmuró en voz baja sin comprender aquella solicitud  y rápidamente puso 20 vasos encima de la barra, esos vasos  de base maciza iguales a los de la anterior taberna y que parecían más altos por momentos. 5 botellas de cuartillo descorchadas de las que se vaciaba hasta la última gota hasta completar los 20 vasos ......
Esta vez fueron los txikiteros foráneos los primeros en disponer de los vasos repletos de vino ..... pero no por ello los primeros en acabar. Sorprendía la velocidad a la que aquella cuadrilla de pescadores vaciaba los vasos de vino sin dejar una gota , dos largos sorbos eran suficientes para acabar con la bebida y al final un ruido palatal acompañado de un rebañe de los labios para degustar hasta la última gota y que denotaba el placer que suponía para ellos aquella bebida a la que eran asiduos desde que eran prácticamente unos niños. Sin tiempo de descanso se dirigían inmediatamente al próximo local , realmente próximo pues solamente unas docenas de pasos les separaban de ellos.
La tarde discurría lentamente amenizada por los cánticos de la cuadrilla local . Ambas cuadrillas habían pasado la primera prueba y todos los componentes habían caminado 6 pasos seguidos por el bordillo de la acera sin caerse después del quinto txikito. Tocaba desplazarse hasta la zona del puerto, empezarían por la taberna de "la Eibarresa" cerca de la bodeguilla de Justo. El tamaño de los vasos y la velocidad comenzó a hacer mella en la cuadrilla de Erandio que a duras penas podía seguir aquel frenesí y apenas rebasado el ecuador de la prueba comenzaban a dar síntomas de los efectos del alcohol mientras aquella cuadrilla de pescadores se agarraba de los hombros mientras canturreaban viejas y conocidas canciones a los que , en otras condiciones, ellos hubieran acompañado .

En la taberna de Juan " el del puerto " Luis "el chato " recogió unas monedas de sus compañeros de la cuadrilla de Erandio, se acercó tambaleante a la barra y tan solo acertó a balbucear algo así como " ....ente sikitosssh " . Juan miró a Víctor , el patrón del Virgen de los desamparados que canturreaba una canción con el resto de la cuadrilla  " Este esta mal ¿ Que hago ? " . Víctor mandó callar al improvisado orfeón mientras observaba al grupo contrincante, unos sentados en aquellas sillas de madera plegables mientras el resto se apoyaba en la barandilla que protegía el murete del puerto. había llegado la hora de ir hacia el último bar " el menos veinte" en la estación . En aquellas condiciones les separaban al menos veinte minutos .
Llegaron a la estación cuando aún no había oscurecido . La caminata había sentado realmente mal a la cuadrilla de txikiteros de Erandio que se tambaleaba sin el menor disimulo y con dificultades para articular alguna frase coherente por lo que directamente , al llegar al "menos veinte", Josean, su propietario proclamó ganadores a aquellos pescadores locales de narices amoratadas tras aún ser capaces de caminar -  a duras penas , eso si -los 6 pasos pertinentes por el bordillo de la acera, prueba de la que se eximió a los integrantes de la cuadrilla foránea tras la caída a la calzada del primero de sus integrantes.  Víctor , el patrón del Virgen de los desamparados acercó a la ventanilla de la estación del tren solicitando al expendedor 10 billetes a Erandio , facilitó uno de aquellos billetes de cartón a cada uno de los integrantes de la cuadrilla y se despidió con un socarrón " volved cuando queráis " mientras que Patxo " el de Guzurmendi " se encargaba de recoger el documento firmado por los 20 integrantes de las 10 cuadrillas que les daba derecho a un cerdo criado por Juana " la de Mendibile " , miró a sus compañeros , sonrió y se lo entregó a Josean el de el bar " menos veinte"  mientras le decía " Josean , llévalo por favor al Asilo de Ancianos " .

Josean Sonrió mientras les decía " ¿ otra ronda ? Invita la casa ".
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte III

Mientras atravesaba lentamente el puente que llegaba de la estación del tren, Antonio no podía dejar de recordar la mala suerte que le había perseguido a través de los años . Acompasaba rítmicamente el vaivén de su inseparable bastón con sus pasos cortos y su respiración forzada mientras a lo lejos podía distinguir a una cuadrilla bulliciosa que se dirigía en sentido contrario, con un evidente estado de ebriedad que provocaba que los recuerdos que guardaba en lo más profundo de su memoria aflorasen en aquel momento.

Su mala suerte comenzó estando en el frente , inmerso en una guerra a la que le habían empujado y que le arrancó del lado de su familia y de Jesusa, el único amor de su vida .Aquella tarde fresca apenas se combatió pero un escarceo y una refriega aislada rompieron la tranquilidad del pequeño pelotón del cual formaba parte Antonio. Las balas silbaban en las cercanías y mientras corrían a ponerse a cubierto sintió un pinchazo en la pierna seguida de una explosión. Tardó varias semanas en despertar en aquella cama cubierta de impolutas sabanas blancas y envuelto en un desagradable olor a yodo. No sentía dolores, en realidad , no sentía . Miró bajo las sabanas envuelto en una agria sensación que se tornó en la peor de las realidades, había perdido la pierna y sus testículos estaban irreversiblemente dañados .
Jesusa le visitaba con frecuencia , en un principio, pero las visitas fueron espaciándose cada vez más . Antonio no era aquel hombre afable y sonriente , siempre amable , que había cautivado a Jesusa . Su carácter se había tornado agrio y su conversación casi siempre se limitaba a respuestas monosilábicas lo cual trasladaba un sentimiento de impotencia a Jesusa . En su última visita, Antonio arrojó  al suelo una cesta de galletitas que Jesusa le había preparado con el mayor de los esmeros pero la respuesta escueta y tajante de la mujer rompió por primera vez en muchos meses la cara enjuta
del enfermo  " No voy a volver más Antonio , me voy a Francia con mi hermano ". Antonio siguió a Jesusa con la mirada, en realidad la quería demasiado para dejarla ir pero no dijo nada. Mientras se alejaba por el largo pasillo del hospital supo que aquella sería la última vez que la vería y que aquel iba a ser su primer y único amor.

Antonio vivía con su hermana Concepción desde entonces en una casa de dos plantas que habían heredado de su familia . Tenía unos ingresos por mutilado de guerra que le permitían vivir con cierta holgura aunque debido a su minusvalía su vida se limitaba a congregarse con su grupo de amigos sobre el mediodía y al atardecer para alternar y beber unos cuantos vasos de vino en los diferentes locales del pueblo como el cercano bar de " La Eibarresa", la taberna de Juan , en el puerto , La taberna de Pauli cerca de la iglesia.
Sus amigos eran , junto a su hermana, su gran baza . Había que ver cuando se juntaba con Jesús " Txaparro "  - pescador de profesión pero que siempre encontraba un hueco para el deambular cotidiano de taberna en taberna - , con Víctor, el herrero y con Juan " escofina " con su cuerpo menudo y huesudo que era ebanista de profesión .
No eran pocos los días en los que las tardes se alargaban hasta bien entrada la noche con un vaso de vino en la mano, cuando hacía calor "para refrescar" decían y en las cortas tardes invernales atribuían al vino dones tales como la capacidad de conciliar el sueño o de calentar el espíritu
. También era frecuente que en esas tardes alguno de los componentes del grupo se quedase dormido en la mesa de alguna de las tascas locales y que algún familiar le tuviera que pasar a buscar . Por suerte, Antonio no era de esos aunque también recuerda aquella noche de final de verano en la que las luces parecían tornarse cada vez más tenues y soplaba una ligera brisa de vez en cuando que recordaba la inminente llegada del otoño . Antonio salio tambaleante del Bar de Juan , en el puerto  dirección a su casa y decidió prender un cigarrillo . Aquella brisa incomoda y la dificultad para coordinar los movimientos dificultaba el gesto de acercar el fósforo al cigarrillo por lo que Antonio se giró para dar la espalda a la brisa y así poderlo prender . Una vez consiguió dar un par de caladas al cigarrillo prosiguió la marcha en línea recta , incapaz de retomar la dirección original que le acercaría hasta su vivienda. La distancia entre el bar de Juan, en el puerto, y su vivienda apenas si llegaba a los diez minutos , - quizá quince la mayoría de los días en los que el vino les había acompañado durante toda la tarde – pero aquel día había caminado casi una hora ya, apenas si había iluminación en la calle y no reconocía las viviendas . Se paró un momento dubitativo tratando de orientarse , mirando hacía el frente oscuro en aquella  acera bordeada por árboles .
En aquel momento se cruzó con una pareja de la Guardia Civil ante los cuales Antonio a duras penas era capaz de dar cierta imagen de sobriedad . " Buenas Noches caballero, que ¿ De paseo ? " interpeló un agente . Antonio carraspeó tratando de aclarar la voz  sin mucho éxito " vivo aquí mismo, en el Puerto " respondió Antonio . " Caballero, esto es Gorliz, tiene usted media hora hasta el puerto. Vamos que le acompañamos " . Los Guardias Civiles le acompañaron hasta su vivienda donde llegó jadeante pues no recordaba cuanto hacía  que no caminaba tanto tiempo , además , la tensión de verse escoltado por la autoridad y el largo paseo habían conseguido que su nivel de ebriedad se redujese de manera sustancial . Agradeció el paseo a los agentes que le despidieron cordialmente .

Los años fueron pasando y con ellos los excesos alcohólicos fueron cobrándose su factura inexorablemente . Ya se lo advirtió Don Tirso, el médico de la localidad , cuando ellos se vanagloriaban socarronamente de la cantidad de vino que eran capaces de ingerir . " Esto es como un combate de Boxeo, a las borracheras les ganáis algunos combates pero a los puntos os ganarán ellas ... " .
El tiempo le dio la razón, Juan " el escofina" fue el primero de los amigos en morir, falleció victima de una cirrosis hepática .
Víctor " el herrero " caminaba ebrio una fría noche de invierno,     Uno de tantos días en los que el atardecer se fundía con el anochecer al abrigo de una ronda de txikitos entre amigos , en las que los días se acortaban notablemente y en la que el traicionero sol diurno solo enmascaraba el inminente frío nocturno. El grupo de amigos abandonó la taberna de Pauli ya entrada la noche, no se veía una sola alma por la calle y el primer aliento en  la calle se convertía en una bocanada de vaho que animaba a dirigirse con paso vivaz para así llegar lo antes posible al calor del hogar. Víctor decidió recortar el trayecto habitual y bajar desde la parte alta del pueblo por las escaleras de la antigua conservera, se ahorraba un buen trayecto a pesar de la escasa iluminación y de aquellos escalones incómodos en los que si apenas cabía por completo un zapato . Enfiló aquellas escaleras con decisión , tratando de agarrarse al pasamanos para poderse guiar . Comenzaba a sentir el frío en la nariz a pesar de que su estado de incipiente ebriedad le mantenía aislado del frío en cierta manera. Los primeros escalones eran los más difíciles, había que ir apoyando los pies atravesados al peldaño para que cupieran y , así
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte IV

poco a poco ir descendiendo con sumo cuidado.
No había bajado media docena de escalones cuando Víctor se tropezó , con un manotazo trato de asirse inútilmente al pasamanos recibiendo un golpe seco en la frente que le hizo perder la consciencia y que le produjo un profundo corte por el que enseguida comenzó a fluir sangre a borbotones. Siguió rodando escaleras abajo ya inconsciente hasta quedar tendido bajo el pasamanos, inconsciente....

Aquella gélida mañana Doña Luisa subía como todas las mañanas hacia la iglesia. No le gustaba subir por las escaleras de la antigua conservera pues le atemorizaba el poco tránsito que había , la mala iluminación y lo incomodas y peligrosas que resultaban. Mientras enfilaba la pequeña rampa que antecedía a las escaleras se percató de un ligero reguero oscuro de un líquido denso que se iba ensanchando a medida que ascendía. Mientras observaba perpleja el trayecto del líquido, pudo observar como este provenía de una sombra oscura a escasos metros. Parecía un cuerpo.

En el funeral de Víctor ,Antonio se sentía más solo que nunca, en poco tiempo había perdido a  dos de sus mejores amigos y compañeros  . Triste consuelo le ofreció el médico que había atendido a su amigo Víctor, diciéndole que este había tenido una muerte dulce, desmayándose en la caída y con la ayuda del frío, acortando su agonía. " Como si existiese alguna muerte dulce " murmuró.
Tampoco los años venideros mejoraron la situación. Cada vez sentía más dolores en la pierna a pesar de que las prótesis habían mejorado mucho a través de los años. No dejaba de observar con admiración aquella prótesis de plástico con rodilla articulada que solía mostrar con orgullo los días soleados , cuando se sentaba en los bancos de los miradores de la playa , se arremangaba los pantalones y se quitaba la prótesis para poder airear el muñón y evitar así las llagas . Aún recordaba una de aquellas primeras prótesis de madera, gracias a la cual incluso apareció una vez en las noticias locales cuando un perro furioso que había huido de un caserío comenzó a perseguir a una mujer lanzándole dentelladas. Una vez esta se vio arrinconada el perro la encaró mostrando los dientes con la evidente actitud de lanzarle una dentellada cuando, justo en ese momento, el animal recibió el golpe de una piedra que  le encolerizó aún más . Antonio le había lanzado la piedra tornándose ahora en el objetivo del perro que lo enfiló con una arrancada fulgurante. Antonio, en su incapacidad para salir huyendo a toda prisa , le ofreció su pierna derecha, aquella robusta prótesis de madera . El animal soltó una terrible dentellada a la pierna y comenzó a agitar la cabeza con ánimo de desgarrar pero en vez de eso era incapaz  de despegar los dientes clavados en aquella prótesis mientras recibía una lluvia de bastonazos por parte de Antonio que intentaba zafarse desesperadamente del animal.

Aquella tarde, mientras las autoridades se hacían cargo del animal, la hazaña se Antonio corrió como un reguero de pólvora llegando a oídos de Paco, " el periodista " , que vivía en el pueblo de al lado y colaboraba con el diario local. Al día siguiente aparecía la orgullosa imagen de Antonio en el diario bajo el epígrafe " Antonio, el héroe cojo ".

Antonio amenizaba las tardes con su amigo Jesús "Txaparro" . A medida que iban pasando los años, las labores propias del pescador se le hacían cada vez más duras y su afición al tabaco le había dañado la salud seriamente. "Txaparro" hacia caso omiso a los consejos del médico de que regulase le consumo del tabaco y de que , además, no arrancase los filtros de los cigarrillos. Para Txaparro un cigarrillo con filtro era " de señoritas " según el decía. Había crecido con los cigarrillos liados a mano sin ningún tipo de filtro y , aunque los cigarrillos empaquetados le resultaban más cómodos, el prefería arrancar los filtros de sus queridos " Ducados " .
Por primera vez en muchos años, Txaparro no había acudido a la rutinaria ronda de vinos de media mañana lo cual extrañó a Antonio así que, sin prisa, se dirigió a casa de este donde vivía  con su hermana Concepción que hacía mucho años ya que había enviudado.
En la entrada se encontraba Concepción cabizbaja, recibió amablemente a Antonio y le contó como habían tenido que ir al hospital, a la capital, debido a que su hermano Jesús " Txaparro" había tenido varios esputos sanguinolentos y permanecía ingresado . " Con lo poco que le gusta a Txaparro la capital " acertó a decir Antonio en un intento de normalizar la situación . Concepción comenzó a sollozar " Tiene cáncer de Laringe , si tiene suerte vivirá pero no hablará ya nunca más ". Antonio se acerco a concepción y la abrazó tímidamente. Se sentía incomodo abrazando a una mujer aunque fuera solamente para consolarla pero este caso era diferente .
Pasaron unas cuantas semanas hasta que Txaparro regreso del hospital, efectivamente le habían hecho una laringectomía en la que le habían extirpado parte de la laringe como denotaba el agujero que tenía en la garganta .
Fue entonces cuando se enteró de que "Txaparro" arrastraba ya esa enfermedad tiempo atrás, los médicos le recomendaron dejar de fumar aunque él , pese a los consejos de los médicos , seguía fumando cigarrillos sin filtro.
Antonio Acompañó a su amigo "Txaparro" en su última consulta médica . El doctor le indicó apesadumbrado que su esperanza de vida era ya muy breve , poco más podía él hacer .
"Txaparro" se hizo con una pequeña cuartilla donde , ante la dificultad de hablar debido a su laringectomía , escribió . " Gracias doctor, tuve que elegir entre dejar de fumar y vivir un año más o seguir con mi vida y normal y morir cuando tocase, elegí la segunda opción y lo volvería a hacer " . Se despidió del médico con un fuerte apretón de manos y una sonrisa de gratitud e invitó a Antonio a acompañarle a la salida mientras este se guardaba aquellas líneas manuscritas en el bolsillo tratando de contener las lágrimas.

La perdida de Txaparro supuso para Antonio un duro mazazo. Era el último del grupo de amigos, una amistad forjada a través de los años y reforzada con innumerables horas de buenos y no tan buenos ratos alrededor de un vaso de vino. Multitud de enfados frecuentemente enjuagados alrededor de un vaso de vino.
Pasaban los meses y Antonio trataba de seguir con su rutina. Bebía en exceso casi todos los días y apenas si se relacionaba con el resto de la gente. Era cada vez más frecuente que su hermana le tuviera que ir a buscar a la taberna para acompañarlo a casa o que algún vecino le guiase hasta su domicilio hasta el día que una repentina fatiga le hizo detenerse frente a la iglesia, notaba como el brazo izquierdo se le adormecía a la vez que se sentía mareado . La fortuna quiso que Don Tirso, el médico de la localidad , pasase en ese momento por la plaza de la iglesia y al verlo sentado se acercase con la intención de saludarlo. Antonio acertó a reconocer la cara de Don Tirso justo antes de desvanecerse .
Concepción, la hermana de Antonio se afanaba en preparar la comida justo en el momento en el que este recuperaba la consciencia. Miró en derredor desorientado mientras podía distinguir a Don Tirso que esbozó una ligera sonrisa " Vaya Antonio, ¡ que susto nos has dado ! , por poco te nos vas " fue lo primero que atinó a decir Don Tirso. Al oír las voces, Concepción se acercó corriendo y acariciándole la frente dibujo una amplia sonrisa con los labios apretados , una sonrisa que no diferenciaba entre la angustia y la alegría . Don  Braulio le explico que había tenido una angina de pecho y que , por suerte, habían podido atenderle antes de que llegase un infarto. Le contó como debía de llevar una nueva vida, comidas limpias, nada de grasas , nada de tabaco y nada de vino ..... " nada de vino" repitió Antonio casi susurrando. Trataba de imaginar su vida sin beber un solo trago de vino , aquel que había sido su quehacer a lo largo de tantísimos años y que ahora debía de abandonar . "¿ Y si no ?" preguntó en voz baja tras una breve pausa . La respuesta de Don Tirso fue instantánea, ni una sola duda " Fácil, sino dejas el vino , te mueres " .
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....

kuitao

Parte V y ultima.

Pasaban los meses con su nueva rutina de vida, comiendo verduras de todos los tipos, legumbres y pescados cocidos, carnes siempre a la plancha, nada de grasas. La sal había desaparecido de las comidas y tenía la obligación de caminar todos los días, al menos un  par de kilómetros. Antonio había aceptado todo aquello con resignación, es más, ni tan siquiera le importaba , pero el hecho de no probar una sola gota de vino le había apagado, dejando de relacionarse con la gente y pasando innumerables horas mirando al mar. Los obligados paseos eran cada vez más cortos y la salud de Antonio cada vez más endeble lo que comenzó a preocupar a su hermana Concepción.
La primaveral mañana invitaba a salir a recibir los tibios y acogedores rayos de sol pero Antonio se negó a levantarse de la cama. Hacía semanas que se quedaba sentado frente a la puerta, en la calle y que no caminaba pero el mero hecho de no levantarse de la cama alertó a Concepción, salió de la vivienda y se dirigió a la consulta de Don Tirso. Ella conocía la solución .
Don Tirso recibió cordialmente a Concepción que le contó como su hermano últimamente apenas si se movía, permanecía todo el día apagado y no se relacionaba con la gente lo que conllevaba una notoria perdida de salud que empezaba a mostrarse preocupante. Concepción le rogó a Don Tirso que permitiese beber si quiera un vaso de vino al día a Antonio aún sabedora de los males que podría acarrear. " Acerquémonos a ver a tu hermano " le respondió Don Tirso .
Antonio apenas hizo ademán de incorporarse cuando vio a Don Tirso que le reprochó que no estaba cumpliendo con su rehabilitación momento en el que el enfermo le interrumpió con una pregunta "¿ Recuerda usted a mi amigo Txaparro ? " . "Con cariño, también lo era mío" le respondió Don Tirso . Bien, pues en ese cajón está lo último que escribió a sus colegas   le respondió mientras señalaba una pequeña cajita sobre un armario , " cójalo " . Don Tirso leyó aquel pequeño párrafo manuscrito
" Gracias doctor, tuve que elegir entre dejar de fumar y vivir un año más o seguir con mi vida y normal y morir cuando tocase, elegí la segunda opción y lo volvería a hacer " Don Tirso se quedó pensativo un momento , releyó aquella frase y miró a Antonio instantes antes de hacerle una propuesta " Antonio, te propongo un cambio en las reglas, te dejaré beber 2 txikitos al día ...." aún no había acabado la frase cuando Antonio ya se había incorporado en la cama con los ojos abiertos como platos " .... pero deberá de ser uno solo en cada taberna, una en la estación en el menos veinte y otro en el Rober en Astondo, uno por la mañana y otro por la tarde ..... ¿ De acuerdo ? ".
No había acabado aún la frase cuando Antonio se había levantado de la cama dirigiéndose al cuarto de baño a  asearse " ¡¡ Prometido !! " chilló con fuerza.
Aquellas tabernas eran las más alejadas del domicilio de Antonio. Había no menos de dos kilómetros a cada taberna andando pero el mero hecho de poder volver a beber un vaso de vino, de probar un txikito de nuevo , le había renovado  las fuerzas.

Habían pasado casi diez años ya desde entonces y Antonio cumplía la promesa escrupulosamente. Superaba ya la setentena pero su salud estaba mucho mejor que diez años atrás e incluso le permitían algún ligero exceso con el vino en Navidad.
Aquella tarde de verano retornaba del menos veinte  - la taberna de Josean anexa a la estación- como hacía día tras día desde hace más de diez años , donde había degustado su txikito de la tarde. Mientras atravesaba el puente que dirigía a la estación de tren en dirección al pueblo , comenzó a distinguir a alguno de los integrantes del bullicioso grupo que se dirigía en sentido contrario . Reconoció a varios de ellos, gente de la localidad entre los que se encontraba Patxo, el hijo de su apreciado amigo Juan "el escofina"  con el que tantas tardes había compartido acompañadas de unos vasos de vino y que vivía además en la mismo caserío familiar de nombre " Guzurmendi" . Se saludaron efusivamente levantando la mano mientras Antonio pensaba  en la cantidad de txikitos que habrían trasegado esa tarde. Se detuvo por un momento mirando hacía atrás mientras el grupo se alejaba entre canturreos y tropezones, recordó a sus amigos Jesús "Txaparro", Víctor " El herrero " y Juan " escofina "   y se dijo par si mismo " ya espabilarán " mientras se alejaba alegremente del bullicioso grupo .
La vida es como la orilla de la mar, cada dia la marea trae algo distinto ....